sábado, 25 de noviembre de 2023

Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo – Ciclo A

 Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo – Ciclo A (Mt 25, 31-46) – noviembre 26, 2023


Hoy es el último domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo A, en el que celebramos la solemnidad de Cristo Rey del Universo.

Evangelio según san Mateo 25, 31-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?' Y el rey les dirá: 'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.

Entonces dirá también a los de su izquierda: 'Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.

Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?' Y él les replicará: 'Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".

Reflexión:

¿Reina Cristo en mi corazón?

Clausuramos el año litúrgico, en el cual hemos recordado los misterios y predicación de Cristo, Χριστός ("ungido") quién se hizo presente en la historia, venció la muerte y ahora reina triunfante como rey del universo, del Reino de Dios, del Reino de los Cielos.

Para nosotros el término rey, nos puede sonar fuera de contexto, pues nunca hemos vivido en una monarquía, donde hay un “soberano” que gobierna y/o dirige la nación… pero, para entender lo que implica el ser rey, Jesús mismo lo aclara al responder a las preguntas de Pilato, antes de ser crucificado: "¿Eres tú el rey de los judíos?” …"Mi Reino no es de este mundo” "¿Conque tú eres rey?", Jesús le contestó: "Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz". (cfr. Jn 18, 33-37). Aún así, Pilato mandó poner en la cruz el rótulo en latín, INRI, Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, la cual se traduce al español como: «Jesús de Nazaret, rey de los judíos».

Jesús es rey-soberano del amor, la justicia, la misericordia, del bien y la verdad; es rey-salvador: “Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia” (Ez 34,15-17); es rey-servidor, porque vino a dar su vida por nosotros, haciéndose servidor y esclavo de todos: curó a los enfermos, atendió a los pobres, defendió a los inocentes; es rey-maestro, nos enseñó a hacer el bien, a amarnos y ser compasivos.

Escuchar a Jesús, “poner en práctica” su Palabra, ayudando/ echando una mano, a los más necesitados, a los que sufren carencias de lo básico para vivir, a los migrantes, a los privados de libertad, … nos hace partícipes de su reino, nos hace “imagen y semejanza” de Cristo Rey …y entonces, cuando nos veamos cara a cara con Él, nos dirá: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo’.

¿Cómo puedo ser de verdad solidario, con los pobres y excluidos?... ¿Quién en mi colonia, en mi ciudad, tiene necesidad?... ¿Cómo puedo ayudarlos, material y espiritualmente?

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
#RecursosParaVivirMejor 

 

Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP

domingo, 19 de noviembre de 2023

XXXIII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A

 XXXIII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 25, 14-15.19-21) – noviembre 19, 2023



El este penúltimo domingo del ciclo litúrgico A, el evangelio continúa con otra parábola más para describir el Reino de los cielos…

Evangelio según san Mateo 25, 14-16.19-21

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.

Reflexión:

¿Cómo hago fructificar mis talentos?

Dios nos ha dotado a cada uno de nosotros con ciertos dones, características, habilidades y recursos (no todos hemos recibido los mismos)… los “talentos” con los que me creo Dios, tengo que reconocerlos, desarrollarlos y ponerlos a trabajar, para que no se desperdicien, tanto para mí, como para al servicio de la comunidad, ya que si bien, los dones son míos, pero no exclusivamente para mí.

La Parábola nos presenta una enseñanza profunda sobre la responsabilidad, la administración y la fiabilidad. La lección sigue siendo relevante en la actualidad:

1.     Distribución de Talentos: Dios nos confía diferentes cantidades de talentos; algunos reciben más, otros menos. Esto refleja la diversidad de habilidades y oportunidades que todos tenemos en la vida.

2.     Responsabilidad y Acción: los talentos no son para guardaron pasivamente; en lugar de eso, hay que pulirlos y multiplicarlos, debemos utilizarlos para el bien común y no simplemente conservarlos (egoístamente).

3.     Capacidad y Fidelidad: el Señor elogia a quienes multiplican sus talentos. No se trata solo de la cantidad, sino de la generosidad y diligencia en su uso. En nuestra época, esto nos llama a ser responsables con nuestras habilidades y oportunidades.

4.     Recompensa y Gozo: la recompensa a los siervos fieles con más responsabilidades y les dice: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. Esto nos recuerda que nuestras acciones tienen consecuencias y que la fidelidad trae recompensas.

En resumen, la parábola es recordatorio atemporal de que cada uno de nosotros tiene un papel importante en la construcción de un mundo mejor, nos desafía a usar sabiamente nuestros talentos y recursos, para ser “imagen y semejanza” de Jesús, del Padre, cuyo deseo es que todos vivamos en justicia, fraternidad y paz. 

¿Qué talentos tengo, y no uso?... ¿Cómo pulir y desarrollar mis dones?... ¿Cómo puedo ponerlos al servicio de la comunidad, del bien común?...

 PD. En este tercer domingo de mes, seguimos unidos como iglesia (pueblo de Dios), con la Jornada de Oración por la PAZ, para que nos impulse a ser artesanos de paz, desde nuestra familia, colonia, ciudad y Estado, y alcanzarla en todo México.

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
#RecursosParaVivirMejor 

Columna publicada en: https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP

 

sábado, 11 de noviembre de 2023

XXXII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A

 XXXII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 23, 1-13) – noviembre 12, 2023



El evangelio nos presenta, a través de una parábola, como podemos ser parte del Reino de los cielos, o sea, ser plenos y felices, ahora y cuando llegue el tiempo de dejar esta viva terrenal …

Evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó un grito: '¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!' Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: 'Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando'. Las previsoras les contestaron: 'No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo'.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos'. Pero él les respondió: 'Yo les aseguro que no las conozco'.

Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora''.

Reflexión:

¿Cómo me preparo cada día?

Las lecturas de la liturgia me hicieron recordar el proverbio chino: "Qué curioso es el hombre, nacer no pide, vivir no sabe, morir no quiere", porque justo el mensaje que Jesús nos quiere enseñar es, saber cómo vivir cada día, hasta que llegue el tiempo de morir. Me explico: “normalmente” no pensamos que vayamos a morir (evadimos el tema), especialmente de jóvenes y adultos; estamos tan ocupados en tantas cosas, que ni tiempo de considerar el tema. Que lo evada, no implica que vaya a suceder, o sea, que no vayamos a morir; por lo que hoy, si prestamos atención a Jesús, nos recuerda que:

§  cada uno debemos prepararnos,

§  la luz de su Espíritu, nos da la sabiduría necesaria para ello,

§  es una labor diaria …

La sabiduría, actuar con sensatez, prudencia o acierto, la buscamos y vamos adquiriendo cada día, “la contemplan quienes la aman y ella se deja encontrar por quienes la buscan y se anticipa a darse a conocer a los que la desean” (Sab 6, 12-16)

Para prepararme, por ejemplo, Ignacio de Loyola nos propone el examen diario, con el cual reviso cada jornada:

§  pido luz, para ver con sus ojos, como fue mi día,

§  agradezco lo vivido, tanto lo bueno, como no tanto,

§  descubro los momentos cuando,

o   estuvo Dios presente, para reforzarlos e impúlsalos

o   algo estuvo mal (por errores o equivocaciones), para corregir, enmendar…

§  miro hacia adelante, para mañana, estar sintonizado con Dios, en todas y cada una de mis acciones.

Cada día, disfrutando, agradeciendo, mejorando y compartiendo fraternalmente (de lo que tengo y puedo) con los demás, para que también ellos se vayan preparado y disfruten esta vida terrena; así podremos disfrutar la vida, prepararnos cada día, y al final de nustro tiempo, poder “ir al encuentro del Señor, para estar siempre con Él” (cfr.1 tes 4, 13-18)

 

¿Qué me impide hoy, gozar la vida?... ¿Cómo vivir en la confianza de que Dios solo desea mi bien, para ésta y la vida futura?... ¿Cómo poder contribuir a que los demás tengan una vida, que valga la pena vivir?

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
#RecursosParaVivirMejor 

PD. Este artículo se publica en https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP 

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

XXXI Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A

 XXXI Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 23, 1_12) – noviembre 5, 2023


En el evangelio de hoy, nos presenta dos caminos que podemos escoger para nuestra vida…

Evangelio según san Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame 'maestros'.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen 'maestros', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen 'padre', porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar 'guías', porque el 'guía' de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".

Reflexión:

¿A quién sigo como maestro?

En su predicación, Jesús presenta estas dos maneras andar por la vida, por una parte, la manera como se comportan los escribas y fariseos o nosotros, que nos da por creernos superiores a los demás, decirles qué y cómo vivir; en otras ocasiones, los que ostentan “poder”, nos imponen una determinada manera de vivir, a través de leyes y doctrinas. La actitud hipócrita que hoy destaca Jesús, de la cual debemos cuidarnos porque:

§  cuando engañamos, “predicando” lo que nosotros mismos “no hacemos”, es para afianzarnos en nuestro beneficio personal, a través del poder y el control sobre la gente, dejando de lado el bien-estar de la gente.

§  solo satisfacemos nuestro egoísmo, llenándonos de soberbia, para sentirnos superiores a los demás...

Por otro lado, Jesús con mucha claridad nos llama a:

§  la humidad y confianza en el Padre,

§  dejarnos guiar por Él, el “ungido” (cuyo significado es Χριστός = Cristo / del hebreo משיח = Mesías),

§  que nos muestra (maestro) su buena noticia, para el bien de la persona humana, su crecimiento y plenitud,

§  y poder vivir fraternalmente con los demás,

§  a través del servicio a favor de los hermanos…

Imagina por un momento que, reconociéndonos con hijos de un mismo Padre, pudiéramos vivir sin conflictos, en paz, con lo necesario, sin tener que cuidarnos de los otros (y ellos nosotros, de mi), con relaciones justas… al vivir así, según nos enseña Jesús, podremos decir como San Pablo, “Ahora damos gracias a Dios continuamente, porque al recibir ustedes la palabra que les hemos predicado, la aceptaron, no como palabra humana, sino como lo que realmente es: palabra de Dios, que sigue actuando en ustedes, los creyentes” (1 Tes 2, 7-9.13)

 ¿Me reconozco hijo de un mismo Dios-Padre?... ¿Cómo sería la vida, si nos tratáramos fraternalmente?... ¿Cómo servir a los demás miembros de la comunidad?

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
#RecursosParaVivirMejor 

 

sábado, 28 de octubre de 2023

XXX Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A

 XXX Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 22, 34-40) – octubre 22, 2029



Continuamos este domingo, viendo como los fariseos, insisten en provocar a Jesús:

Evangelio según san Mateo 22, 34-40

Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó: 
—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? 
Jesús le dijo: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” 
Éste es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a éste; dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” 
En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.

Reflexión:

¿Qué es lo más importante para la vida?

Nosotros, individual y socialmente, al igual que fariseos y saduceos, tratamos de justificarnos, para no hacer caso a Jesús; pareciera que él es un “enemigo” al que hay que vencer, ya que estorba para nuestros fines. Nos cerramos, de mente y corazón, no aceptamos que, lo que él quiere para nosotros es que seamos personas plenas y felices, ya desde ahora en la tierra y después en la vida eterna.

Para los judíos, lo que guiaba su manera de vivir era “La Ley”, los 613 preceptos de la Torá, sacados del Pentateuco (los cinco primeros libros de la biblia) y los 10 Mandamientos de Moisés. Para atraparlo y poder  deshacerse de Jesús, ya no les quedaba de otra, más que hacerlo caer frente a la Ley, y así desacreditarlo, ya que, por no cumplirla los hacía a la gente impura (pecadora).

Los fariseos (y todos los judíos) creían que cumplir la ley “los salvaba”, pero olvidaban que la ley fue dada para lograr la fraternidad entre la gente, quienes no sabiendo ser libres, tenían que apoyarse en ella para poder lograr una “sana convivencia” y “justicia” en las relaciones interpersonales … “No hagas sufrir ni oprimas al extranjero”, “No explotes a las viudas ni a los huérfanos”, “Cuando prestes dinero … no te portes con él como usurero”, “Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo” (cfr. Ex 22, 20-26)

Ante la pregunta tramposa, para hacer prevalecer nuestras ideas (nuestra ley), la Buena Nueva de Jesús, sigue siendo válida, hoy como ayer; nos dice como poder ser plenos y felices, nos libera para poder pasar de “cumplir” a amar, del “sacrificio” a la misericordia, del “me salvo” a nos salvamos , por eso lo más importante es “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente … Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Lo cual significa que:

§  El amor, nos libera, para amar

§  Si amo a Dios, amo al prójimoamando al prójimo, amo a Dios.

§  Si me amo a mí mismo, amo a los demás y amo Dios…

En palabras de San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”.

¿Cómo demostrar mi amor a Dios?... ¿Cómo demostrar mi amor al prójimo?... ¿Cómo amarme a mí mismo?

 

Alfredo Aguilar Pelayo 
alfredo@ccrrsj.org 
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sábado, 21 de octubre de 2023

XXIX Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A

 XXIX Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 22, 15-21) – octubre 22, 2023



Continuamos este domingo, viendo como los fariseos, para poder justificar su rechazo a las invitaciones de Jesús, lo cuestionan… 

Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo.

Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: "Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie. Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?"

Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó: "Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo". Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?" Le respondieron: "Del César". Y Jesús concluyó: "Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".

Reflexión:

¿Con quién quiero quedar bien?

Los fariseos intentan poner a Jesús entre la espada y la pared, para que con lo que conteste, tener una oportunidad de deshacerse de él; con la pregunta ¿Es lícito o no pagar el tributo al César? le tienden una trampa:

·  Si dice si, reconocería al César como superior, a su Padre…

·  Sí dice que no, está en contra del César, del Estado, y lo acusarían de no pagar impuestos, y los romanos se encargarían de él, ya que hay que pagar impuestos, sí o sí.

Apunte al margen: al trabajar, de las ganancias, una parte es para los “impuestos”, con la esperanza que se usen para el bien común; es nuestra contribución para colaborar con la sociedad.

Jesús, hoy también nos dice a cada uno: "Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios"… o sea, por una parte, hay que colaborar para ese bien social, y por el otro lado, lo más importante es, “darle a Dios, lo que es de Dios”, de esta manera: hay que reconocerlo, darle su lugar a Dios y colaborar con Él, para que su reinado de amor se haga presente en nuestra vida y en la comunidad. San Ignacio de Loyola, lo dice en su Principio y Fundamento: “el hombre (y la mujer), son creados para alabar, reverenciar y servir al Señor, y con ello salvar su alma” … Somos creaturas, a imagen y semejanza de Dios: podemos amar y hacer el bien, como Él; si lo hacemos, estaremos reflejando ese amor con el que nos creó y con ello haciendo presente el reinado de su amor.

La lección de este Evangelio es:

§  somos sus creaturas amadas, llenos de dones de su parte, y poniéndolos a su servicio, nos hacemos mejores personas

§  poner nuestra mirada y elecciones, en lo que más gloria de a Dios, nos salva y transforma en personas plenas y felices

§  las cosas son medios (no fines), para alcanzar lo anterior…

§  desde nuestra libertad, podremos decir, como Santa Teresa: "vuestra soy, para vis nací, que msndáis hacer de mí".

¿Cómo evitar “utilizar” a las personas, como si fueran cosas?... ¿Cómo evitar manipular y/o adueñarme de personas?... ¿Cómo decirle “fuera de Ti, Señor, ¿no hay otro”?


Alfredo Aguilar Pelayo

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(esta reflexión se publica en https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP)

 

sábado, 14 de octubre de 2023

XXVIII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A

 XXVIII Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo A (Mt 22, 1-14) – octubre 15, 2023



La Palabra de hoy nos recuerda que el Señor nos ofrece e invita a una gran fiesta, a unirnos con Él, a todos y cada uno de nosotros (“buenos” y “malos”)  

Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir. Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: 'Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda'. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron. Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego les dijo a sus criados: 'La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren'. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.

Cuando el rey entró a saludar a los convidados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: 'Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?' Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: 'Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos".

Reflexión:

¿Acepto la invitación?

Todo está dispuesto para ser felices, todo listo para una fiesta, todo listo para vivir una vida que valga la pena vivir; la cuestión es decidirme, aceptar la invitación y recorrer el camino que me lleve a vivir lo que se nos ha preparado.

El Reino de Dios, se nos anuncia e invita a vivirlo, cada uno elige: ¿si me invitan algo que vale la pena, acepto? o ¿por no conocerlo lo rechazo, a priori? o ¿prefiero solo “mis asuntos e intereses” conocidos? o incluso ¿desprecio el mensaje y maltrato (difamo, destruyo) al mensajero?

Pasó en la parábola y nos pasa hoy (muy probablemente) a muchos de nosotros, por ignorancia que:

§  El Reino de Dios, es una forma o estilo de vida, que nos lleva a ser y vivir felices.

§  El Reino de Dios, es cuando vivo un estilo de vida, basado en la fraternidad y el bien común.

§  El Reino de Dios, está en mí corazón, cuando me reconozco amado por Dios y reflejo ese amor, amando a todos y a todo a mi alrededor.

§  El Reino de Dios, lo experimento cuando reconozco y doy su lugar a Dios, en mi vida, colaboro con Él, para que su reinado esté presente en el mundo, procurando el bien común…

§  El Reino de Dios, es para todos, todos, todos, … (cfr. Papa Francisco, Lisboa JMJ 2023)

Si, El Reino de Dios, es vivir en plenitud humana (si, ya en esta vida), es para todos (todos, todos), porque hasta los más “buenos” tienen algo de que avergonzarse y los más “malos”, algo de que enorgullecerse.  Eso sí, tengo que poner de mi parte: escuchando, conociendo y reflexionando la propuesta, para luego elegir solo lo que me lleve a vivir según la invitación a ser plenos (felices), al estilo de Jesús y del Reino de su Padre … Así estaré preparado y vestido para la fiesta de la vida, porque “el Señor del universo preparará sobre este monte, un festín con platillos suculentos para todos los pueblos” Isaías 25, 6-10

¿Cómo podría conocer y saber más acerca del Reino?... ¿Cómo puedo colaborar para construir el Reino, en mi familia, trabajo y comunidad?... ¿Qué me impide o distrae de gozar del Reino?

 

Alfredo Aguilar Pelayo

alfredo@ccrrsj.org
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(esta reflexión se publica en https://bit.ly/RBNenElHeraldoSLP)